Hasta 500 gusanos adultos, que pueden alcanzar hasta 15–30 cm (6–12 pulg.) de largo, viven en el corazón del perro y las microfilarias (larvas embrionarias) pasan a la sangre. Los mosquitos transfieren la sangre infestada de perro en perro. Tanto los gusanos larvales como adultos sobrecargan el corazón y restringen el flujo sanguíneo a los pulmones, riñones e hígado. Una vez que los síntomas se manifiestan (tos crónica, disnea, desgano, insuficiencia cardíaca), el tratamiento puede ser inefectivo. Existen medicamentos y tratamientos preventivos, incluso cirugía.
Enciclopedia Universal. 2012.