Método para la fabricación de acero en el cual se insufla oxígeno puro por una lanza larga al interior de un baño de arrabio fundido (proveniente de un alto horno) y chatarra, alojado en un horno de acero con revestimiento refractario llamado convertidor.
El oxígeno inicia una serie de reacciones que liberan calor, que incluyen la oxidación de algunas impurezas, como sílice, carbono, fósforo y manganeso. El carbono se libera como dióxido de carbono, y el resto como óxidos formando una escoria fundida que flota sobre el acero líquido. Las ventajas de usar oxígeno puro en vez de aire para afinar hierro en acero fueron observadas ya en la década de 1850 (ver proceso Bessemer), pero el proceso no pudo comercializarse sino hasta fines de la década de 1940, cuando se logró obtener oxígeno de alta pureza a bajo costo. En los 40 años siguientes este método reemplazó al proceso del horno Siemens-Martin, produciendo más de la mitad del acero en el mundo. Las ventajas comerciales son altas tasas de producción, menos mano de obra y la obtención de aceros con bajo contenido de nitrógeno.
Enciclopedia Universal. 2012.