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Derecho de las mujeres, por ley, a votar en las elecciones nacionales y municipales.
El derecho a voto de la mujer se transformó en materia de debate en el s. XIX, especialmente en Gran Bretaña y EE.UU. En EE.UU., el movimiento por el sufragio femenino nació del movimiento antiesclavista (ver abolicionismo) y de la defensa hecha por figuras como Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton, quienes creían que la igualdad debiera abarcar tanto a las mujeres como a los afroamericanos. Ellas organizaron la convención de Seneca Falls (1848), la que emitió una declaración que exigía el sufragio femenino y el derecho de la mujer a acceder a oportunidades educacionales y laborales. En 1850 Lucy Stone celebró la primera convención nacional del movimiento. Stanton y Susan B. Anthony crearon, en 1869, la Asociación nacional del sufragio femenino con el fin de obtener una enmienda de la constitución de EE.UU. que diera a las mujeres el derecho a voto; Stone, a su vez, formó la Asociación norteamericana del sufragio femenino, dirigida a conseguir enmiendas parecidas en las constituciones de los distintos estados; en 1890 las dos organizaciones se fusionaron, con el nombre de Asociación nacional norteamericana del sufragio femenino. En 1890, siguiendo el ejemplo de Wyoming, los estados comenzaron a adoptar dichas enmiendas y en 1918 las mujeres ya habían ganado el derecho a sufragio en 15 estados. Cuando el congreso aprobó una enmienda relativa al sufragio femenino, una enérgica campaña obtuvo su ratificación y en agosto de 1919 la XIX enmienda pasó a formar parte de la constitución. En Gran Bretaña, el primer comité del sufragio femenino se constituyó en 1865, en Manchester. En la década de 1870, las sufragistas presentaron peticiones acompañadas de casi tres millones de firmas. Pese al apoyo cada vez mayor, los proyectos de ley relativos al sufragio siempre terminaban rechazados; en su frustración, algunas sufragistas pasaron a ser activistas militantes bajo el liderazgo de Emmeline y Christabel Pankhurst. El parlamento, en 1918, terminó por aprobar la ley de representación popular; para entonces la mujer ya había ganado el derecho a voto en Nueva Zelanda (1893), Australia (1902), Finlandia (1906), Noruega (1913), la Unión Soviética (1917), Polonia (1918), Suecia (1919), Alemania (1919) e Irlanda (1922). Después de la segunda guerra mundial, numerosos países, entre ellos Francia, Italia, India y Japón, aprobaron leyes de sufragio femenino.
Enciclopedia Universal. 2012.