Infalibilidad papal
la infalibilidad del Papa o infalibilidad papal es el carisma por el que el Papa como legítimo sucesor de san Pedro siempre permanece libre de error alguno cuando habla "ex cathedra", según la divina promesa de Jesucristo a san Pedro, príncipe de sus discípulos: «Yo he rogado por tí para que tu fe no falle; y cuando hayas regresado fortalece a tus hermanos». La fuente de infalibilidad es la asistencia sobrenatural del Espíritu Santo y su propósito es mantener y guiar a la Iglesia en la verdad y sin errores en lo que se refiere a la fe y la moral. La infalibilidad se fundamenta en las Palabras de Jesucristo:"Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". -Mateo 16:18-19 "He rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos". -Lucas 22:32. La infalibilidad papal se extiende a todo el depósito de la revelación divina; se extiende también a todos los elementos de doctrina, comprendida la moral, sin los cuales las verdades salvíficas de la fe no pueden ser salvaguardadas, expuestas u observadas. En el siglo XV ocurre el cisma del Protestantismo y se cuestiona la autoridad Papal, no solo en lo temporal sino también en lo doctrinal. En 1870 el Concilio Vaticano I define dogmáticamente la infalibilidad Papal en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Pastor Aeternus.
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En el
catolicismo romano, la doctrina de que el papa, cuando obra como maestro supremo y bajo ciertas condiciones, como cuando habla
ex cathedra ("desde la cátedra), no puede equivocarse cuando enseña sobre asuntos de fe o moral.
Está basada en la creencia de que la Iglesia, a la que se ha confiado la misión docente de Jesús, será guiada por el Espíritu Santo para que permanezca fiel a sus enseñanzas. El concilio Vaticano Primero (1869–70) estableció las condiciones bajo las cuales se puede decir que un papa ha hablado en forma infalible: debe tener el propósito de exigir el asentimiento irrevocable de toda la Iglesia en algún aspecto de la fe o la moral. La doctrina continúa siendo un gran obstáculo para los esfuerzos ecuménicos y es tema de controversia incluso entre los teólogos católicos.
Enciclopedia Universal.
2012.