(Republiek van Suid-Africa, Republic of South Africa)
► Estado de África austral. Limita con Namibia, Botswana, Zimbabwe, Mozambique, el océano Índico y el océano Atlántico. Está situado al S del trópico de Capricornio, entre el río Limpopo y el cabo de Agulhas. En su interior se encuentra el reino de Lesotho. Su superficie es de 1 123 226 km2 con un total de 43 421 000 h. La capital administrativa es Pretoria, la legislativa, Ciudad de El Cabo, y la judicial, Bloemfontein. La moneda oficial es el rand y los idiomas, el inglés, el afrikaans, el matabelé, el swazi, el xosa, el zulú, el sotho del norte, el sotho del sur, el tswana, el tsonga y el venda. Las religiones mayoritarias son el protestantismo y los cultos animistas y sincréticos. Comprende las provincias de El Cabo, Natal, Transvaal y el Estado Libre de Orange, dentro de las cuales se circunscriben cuatro naciones de limitada soberanía: Transkei, Bophuthatswana, Venda y Ciskei, además de seis regiones autónomas (Kwazulu, Lebowa, Gazankulu, Qwaqwa, Kangwane y Kwandebele), denominadas homelands o bantustanes. El relieve presenta una extensa altiplanicie en el interior, bordeada por los macizos de Swartberg, al E y al S de la provincia de El Cabo, y la cadena montañosa de los Drakensberg, entre las provincias del Estado Libre de Orange y Natal, donde se sitúa la máxima altitud del país, a 3 650 m. La meseta está comprendida entre los 1 200 y los 1 800 m de altitud, y da paso a las bajas regiones periféricas en las que el paisaje es variopinto. El clima es continental en el Transvaal, el Estado Libre de Orange, y el N de El Cabo; y mediterráneo en el S. La zona de Natal es muy húmeda y cálida casi todo el año. Las precipitaciones son irregulares y son frecuentes los períodos de sequía. La vegetación es de bosques, sabana, estepa y desierto, según la zona. Posee, además, varias reservas de animales salvajes, entre las que destaca el Parque Kruger. El río más importante es el Orange. La población se distribuye de manera irregular entre los grandes núcleos urbanos de las principales ciudades como Ciudad del Cabo, Johannesburgo, Durban o Pretoria, y los diseminados homelands, en los que la política del apartheid confinó a la población negra. La composición étnica es asimismo variada: bosquimanos, hotentotes, bantúes, sotho, zulúes y shona, además de europeos (neerlandeses y británicos), indios, chinos y mestizos. Coexisten numerosas lenguas, religiones y culturas. La mayoría de indios, blancos y mestizos viven en las ciudades, mientras que los negros están diseminados entre las ciudades y los homelands. En el origen de las sucesivas migraciones y colonizaciones se encuentran la agricultura y ganadería, medios de vida de los africanos originarios, sobre todo esta última, que impulsó la instalación de los holandeses o bóers. En la actualidad estos dos sectores han perdido el peso económico de antaño, pero aún garantizan la autosuficiencia del país. La superficie cultivable ocupa un 15% del territorio y permite una gran diversificación de productos gracias a la variedad climática y la orografía. El maíz supone aproximadamente la tercera parte de la producción agrícola, pero también se cultiva el trigo, la caña de azúcar, la vid y otros productos hortofrutícolas, además del tabaco, del que Sudáfrica es un gran exportador. Las grandes presas Hendrik Verwoerd y PK Le Roux, construidas en las inmediaciones del río Orange, permiten paliar los efectos de la sequía y de las escasas lluvias mediante la irrigación artificial. La ganadería cuenta con una importante cabaña bovina y ovina, de la que se deriva la exportación de lana. No obstante, los grandes recursos del país provienen de la riqueza minera. Las minas de diamantes más importantes se encuentran en el Estado Libre de Orange, con Kimberley como tradicional centro diamantífero, relevado en la actualidad por la mina Finsch, a unos 200 km al O de esta ciudad. Aún más importantes para la economía del país han sido los yacimientos auríferos, encontrados en el siglo XIX en el Transvaal, y extendidos en la actualidad a siete zonas en las que hay instaladas casi 70 minas, que suponen una producción del 75% del total del oro que se extrae en el mundo. La industria aurífera, que hizo surgir otros centros de producción, sobre todo en torno a Johannesburgo, permitió al país saldar la deuda exterior y aumentar sus reservas monetarias, e impulsó a su vez la búsqueda de explotación de los depósitos de uranio, los mayores de cuantos existen en el mundo. Sudáfrica exporta además hierro, amianto, manganeso y carbón. A excepción del petróleo, el país tiene recursos energéticos básicos para la industria con grandes reservas de gas natural, electricidad generada a través del carbón y centrales nucleares, entre ellas la de Koeberg, cercana a Ciudad del Cabo. Esta infraestructura ha potenciado la industria manufacturada (alimentaria, textil, siderúrgica y química), que a su vez estimula los intercambios comerciales no sólo con los países vecinos, que dependen por completo de Sudáfrica, sino también con Japón, Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Italia y Francia, que son los suministradores en Sudáfrica de material de equipo y bienes de consumo. Sudáfrica, que aparece como el gigante económico de África Austral, con un nivel cercano al de los países desarrollados, posee una red de comunicaciones terrestres de más de 185 000 km y un intenso tráfico comercial en los puertos marítimos de Port Elizabeth y Durban. El Estado interviene en sectores reconocidos de interés nacional y controla la producción de acero, los ferrocarriles, puertos, aeropuertos y telecomunicaciones.
► HISTORIA El primer europeo en llegar hasta el extremo sur del continente africano fue el portugués Bartolomeu Dias, en 1486. Un año más tarde lo hacía Vasco de Gama y, durante un siglo y medio, los lusitanos establecieron en Ciudad del Cabo un puerto de paso en la ruta comercial de las Indias, hasta que se consumó la decadencia del imperio colonial portugués, que dio paso a la supremacía de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Cuando en 1652 una expedición de esta Compañía mandada por Anthonisz Van Riebeech fundó en Ciudad del Cabo la primera colonia holandesa, el territorio de Sudáfrica estaba habitado por dos pueblos khoi, los bosquimanos y los hotentotes, y también por los antepasados de los actuales pueblos de lengua bantú, que llegaron en sucesivas migraciones desde el siglo XI al XVIII. Las dos primeras comunidades africanas, ancladas en la Edad Media, apenas opusieron resistencia a la colonización, al contrario que los diferentes pueblos bantúes, que contaban con una cierta organización social y una relativa capacidad militar. Los colonos fueron extendiéndose como granjeros hacia el N y el E, y obtuvieron el título de burger (ciudadanos), denominándose más tarde bóers, palabra que designa al campesino en neerlandés. Fruto de esta expansión fue la primera Guerra de Kaffir, en 1779, que enfrentó a los bantúes de la parte oriental de la provincia de El Cabo con los nuevos pobladores blancos, y se saldó con el establecimiento de una frontera que iba a separar durante un tiempo a las dos comunidades contendientes. Poco antes había llegado una pequeña colonia de hugonotes y, en 1795, otra de británicos, que sometió sin dificultad a los bóers y continuó las luchas que éstos habían iniciado con los negros. Previamente a estos enfrentamientos, el jefe nguni Dingiswayo unificó los pueblos indígenas para hacer frente a la expansión de los blancos. En 1838 los bóers fundaron la república de Natal y, cuando ésta fue anexionada por los ingleses, continuaron hacia el N y el O, estableciéndose en las repúblicas del Estado Libre de Orange y el Transvaal, al sur del Imperio zulú. En 1879 los británicos se adentraron en territorio zulú, pero fueron vencidos. Poco después un nuevo ejército británico volvía a invadir el Imperio zulú, aniquilándolo. Una vez consolidada su hegemonía, los británicos iniciaron una nueva contienda, esta vez contra los bóers, por las minas de diamantes y oro. La contienda anglo-bóer estalló en 1899 y terminó en 1902 con la Paz de Vereeniging. Con la formación de un Estado sudafricano instituido en torno a la Ley de la Unión, en 1910, culminaría el proceso de unificación entre las dos comunidades blancas de Sudáfrica. Dicha Ley de la Unión contemplaba una constitución común para las cuatro colonias, convertidas desde entonces en cuatro provincias, y cuyo primer ministro fue el afrikaner Louis Botha. En la Primera Guerra Mundial, declaró la guerra a Alemania y ocupó el territorio de la actual Namibia, colonia alemana denominada entonces África del Sudoeste. Al finalizar la contienda mundial, la Unión Sudafricana fue integrada en la Commonwealth, entró a formar parte de la Sociedad de Naciones y recibió como mandato la colonia de África del Sudoeste. Durante el período de entreguerras comenzó a desarrollarse el nacionalismo afrikaner y con él el apartheid, que se institucionalizaría en la década de 1930. Con la llegada al poder en 1948 del primer ministro Daniel François Malan, líder del Partido Nacionalista Unificado, se reforzó progresivamente el sistema legislativo del apartheid, que prohibía los matrimonios mixtos, restringía las libertades de los negros y cancelaba, incluso, el derecho al voto de la comunidad oriental. Además, se prohibió el comunismo y se declaró en 1949 la anexión unilateral de África del Sudoeste. En 1952 las cada vez más restrictivas medidas segregacionistas desembocaron en el primer movimiento de desobediencia civil de la población negra, impulsado por el Congreso Nacional Africano (ANC). La ilegalización del ANC y el encarcelamiento de su líder, Nelson Mandela, condenado a cadena perpetua en 1964, no evitaron la masiva movilización antiapartheid, que culminaría con la matanza de centenares de estudiantes de enseñanza secundaria de Soweto en 1976. Mientras tanto, las críticas de la comunidad internacional a esta política racista impulsaron un autorrepliegue del gobierno de Pretoria, que convocó un referéndum en 1961 para salir de la Commonwealth y proclamar la República de Sudáfrica. En 1977, se aprobó por primera vez una propuesta de la ONU, que consistía en llevar a cabo un embargo en la venta de armas a Sudáfrica. Pese a ello continuó la intervención de este país, en ocasiones en el plano militar, en la política de los países vecinos como Mozambique, Angola, Zimbabwe, Zambia y Namibia (que no obtuvo la independencia hasta 1990), así como en Botswana y en los reinos de Swazilandia y Lesotho. También se recrudecieron las medidas del apartheid, por lo que creció la crispación internacional respecto a Sudáfrica. A principios de la década de 1980, el gobierno encabezado por Pieter Willem Botha propugnó una nueva constitución, aprobada en 1983, en la que se permitía un cierto grado de representación parlamentaria a los indios y mestizos, pero no a los negros. Las movilizaciones sociales desembocaron en la declaración del estado de emergencia en todo el país; la represión llegó a su punto culminante en 1988. En 1989, Frederik W. De Klerk ganó las elecciones al frente del Partido Nacional con un programa basado en eliminar de forma gradual las diferencias entre blancos y negros. De Klerk legalizó el ANC, puso en libertad a Nelson Mandela y anunció su intención de proclamar una nueva Constitución. En abril de 1994 se celebraron las primeras elecciones democráticas con participación de los negros. El resultado dio una amplia victoria a N. Mandela, que se encargó de formar gobierno. En 1995, el presidente Mandela procedió a la reorganización de los servicios de inteligencia y de seguridad, envueltos en un caso de corrupción. En mayo de 1996 se aprobó, con reservas por parte de algunos sectores, la nueva Constitución que enterraba oficialmente el apartheid. Thabo Mbeki fue elegido presidente de la República en 1999 (reelegido en 2004).
► BELLAS ARTES La literatura en afrikaans, lengua derivada del neerlandés de los primeros colonos y desarrollada a partir de 1870, no apareció hasta después de la Primera Guerra Mundial. Las ediciones pioneras en esta lengua correspondieron a compilaciones poéticas de autores como E. Marais y L. Leipold. A partir de 1930, el poeta N. P. Van Wyk Louw contribuyó a la creación del lenguaje literario y situó bajo su órbita a otros poetas, como E. Eybers y D. J. Opperman. Durante la década de 1970 la novela se impuso como género literario por excelencia, con autores como A. Brink, E. Leroux o B. Breytenbach. Los escritores en lengua inglesa denunciaron el apartheid en sus obras, razón por la cual fueron perseguidos. Destacan E. Mphahlele, L. Nkosi o B. Head, entre otros. Especialmente sobresaliente es Nadine Gordimer, premio Nobel de Literatura en 1991, según la cual el problema racial ha unificado la literatura de Sudáfrica, independientemente del idioma en que se exprese. En la década de 2000 destacó John Coetzee, quien también recibió el Nobel de Literatura (2003). La literatura en lenguas bantúes, y pese a que muchos escritores negros prefirieron el inglés como instrumento de sensibilización, fue abandonando el folclorismo de sus inicios para sumarse a la denuncia de los problemas relativos a la segregación de los negros. En relación al arte, existen numerosas muestras artísticas, prehistóricas, que en ocasiones datan de milenios, y que dan testimonio de la extraordinaria habilidad de los artistas plásticos autóctonos, que se revelan asimismo como expertos alfareros.
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ant. Unión Sudafricana
País de África austral.
El reino de Lesotho se encuentra dentro de sus fronteras. Superficie: 1.219.090 km2 (470.693 mi2). Población (est. 2002): 45.172.000 hab. Capitales: Pretoria (ejecutiva), Ciudad de El Cabo (legislativa); Bloemfontein (judicial). El 75% de los habitantes son africanos de raza negra, entre ellos los pueblos zulúes, xosa, sotho y tswana; 12,5% son blancos, y la mayoría de los restantes son mestizos o descendientes de indios. Idiomas: afrikaans, inglés, ndebele, pedi (Sotho septentrional), sotho (Sotho meridional), swazi, tsonga, tswana, venda, xosa y zulú (todos oficiales). Religiones: cristianismo y creencias tradicionales. Moneda: rand. Sudáfrica está dividida en tres grandes zonas: una amplia meseta interior; el sistema montañoso circundante o Gran Escarpe, y una estrecha franja de planicie costera. Tiene un clima subtropical templado. Es el mayor productor mundial de oro y uno de los principales productores y exportadores de carbón, diamantes, platino y vanadio. Es una república pluripartidista bicameral; el jefe de Estado y de gobierno es el presidente. Los san y los khoikhoi (de habla khoisán) deambulaban por la región como cazadores y recolectores durante la Edad de Piedra, y los Khoikhoi habían desarrollado ya una cultura de pastoreo en la época de contacto con los europeos. En el s. XIV, diversos pueblos de habla bantú (ver lenguas bantúes) se habían asentado en la zona y habían desarrollado la minería del oro y el cobre y un activo comercio con África oriental. En 1652 los holandeses fundaron una colonia en el cabo de Buena Esperanza; los colonos holandeses pasaron a ser conocidos como boérs (holandés: "agricultores) y más tarde como afrikáners, debido a su lengua (afrikáans). En 1795 fuerzas británicas capturaron la colonia del Cabo, y en 1830, para huir del control británico, los colonos holandeses hicieron el Gran Trek (caminata o emigración) hacia el norte y fundaron las repúblicas bóers independientes del Estado Libre de Orange y la República Sudafricana (después la región del Transvaal), que los británicos anexaron en 1902 como colonias (ver guerra de los bóers). En 1910 las colonias británicas del Cabo, Transvaal, Natal y Río Orange fueron unificadas para integrar la nueva Unión Sudafricana, que en 1961 pasó a ser independiente y abandonó la Commonwealth. Durante todo el s. XX, la política sudafricana estuvo dominada por el problema de mantener la supremacía blanca sobre la mayoría negra, y en 1948 se instituyó formalmente el apartheid. Enfrentado a del apartheid. En elecciones libres celebradas en 1994, Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro del país. En 1997 se promulgó una constitución permanente sin connotaciones raciales.
Enciclopedia Universal. 2012.